Jul 24 2011
ESPECIAL: EL ORIGEN DE LAS MARCAS DE COCHES
El problema de trabajar en esto de los coches es que se creen que lo sabes todo del mundillo. Los amigos y conocidos se piensan que soy un as de la mecánica, y no es así, ya que yo trabajo en ventas. Incluso así, no se cortan en preguntarme sobre el ruidito que hace el coche al cambiar de marcha. Cuando te presentan a alguien y sale el tema laboral, muy pronto te interrogan sobre el precio de tal modelo o tal otro. Pero yo no no puedo tener todos los precios en la cabeza, sobretodo porque hoy en día tenemos una gama muy amplia de modelos, motorizaciones, equipamientos opcionales,… Además, es raro encontrar dos coches que valgan lo mismo, ya que cada uno lo personaliza a su manera. Y con esto no quiero decir que no sepa lo que valen los coches que vendo. Yo tengo una referencia en la cabeza, con los precios de los modelos y opcionales que más se venden, pero no me gusta fiarme de mi memoria y prefiero tener siempre a mano el catálogo actualizado de producto que nos remite el fabricante. Otro tema que ha salido en varias conversaciones, ya más a modo anecdótico, es el origen del nombre de las marcas de coches. Sobretodo porque algunos son verdaderamente raros. Por eso me he decidido a investigar un poco sobre este tema.
Hay muchas marcas cuya denominación procede directamente del apellido de sus fundadores. Fabricantes como Citröen, Renault o Peugeot, son el paradigma de una época en la que no se debanaban mucho los sesos a la hora de buscar nombres. Aunque también tenemos un caso en la lejana Japón, en la que el industrial Kiichiro Toyoda fundó una compañía automovilística con su propio apellido, Toyota.
Lo lógico es que el fabricante alemán Audi le hubiese ocurrido lo mismo. De hecho, cuando se constituyó la empresa se llamaba Horch, como el apellido de su creador, August Horch. Pero este señor tuvo problemas con sus socios y abandonó la corporación para fundar otra. Como intentó seguir denominando a su nueva fábrica con su apellido, los antiguos socios le demandaron y la justicia alemana le prohibió usar el nombre «Horch» a nivel comercial. Por eso, un hijo que estudiaba latín, le dijo que Horch -en castellano, «oiga»– significaba en latín Audi. Realmente Audi no es más que la traducción al latín de su apellido.
El caso de Mercedes-Benz es más complejo, ya que la empresa propietaria de la marca es Daimler AG, apellido de uno de los dos fundadores, Gottlieb Daimler. El otro socio, que también aporta la mitad del nombre comercial, era Karl Friedrich Benz. Pero esta marca es internacionalmente conocida por el nombre de Mercedes. ¿De dónde viene? El diplomático y empresario Emil Jellinek se enamoró de aquellos coches y decidió comenzar a distribuirlos. Pero para llegar a un acuerdo, puso varias condiciones: sería el distribuidor en exclusiva para Austria-Hungría, Francia, Bélgica y Estados Unidos; y los vehículos se denominarían «Mercedes», el nombre con el que llamaban a su hija Adrienne Manuela Ramona. Jellinek estaba convencido de que les traería suerte, ya que tenía una extraña superstición con el nombre. No sé sabe si por el nombre o por la calidad de sus automóviles, pronto fueron los más codiciados por los millonarios del mundo entero.
El uso del acrónimo también bautiza a muchas marcas de coches. Compañías como la española SEAT –Sociedad Española de Automóviles de Turismo-, la japonesa (orientada al mercado americano) Lexus –Luxury Export United States-, o la italiana Fiat –Fabbrica Italiana Automobili Torino- son ejemplos muy destacados. Pero de este tipo de nombres, el caso paradigmático sería el de BMW, que son las siglas de las Fábricas Bávaras de Motores, Bayerische Motoren Werke. Y, por último, y por mencionar una marca inglesa, tendríamos el caso de MG, que significa Morris Garages.
Pero, pese a que tanto MG como su matriz Rover, están prácticamente desaparecidas, sí que me gustaría explicar la procedencia del nombre Rover. En inglés, la palabra «rover» designa a una persona que viaja sin destino fijo. Y con ese nombre John Starley y William Sutton denominaron en 1884 a una bicicleta diseñada por ellos que simbolizaba la libertad de movimiento. El nombre gustó y cambiaron la denominación de su empresa de bicicletas por Rover Cycle Company Ltd. Cuando comenzaron a fabricar coches, el nombre seguía siendo muy apropiado y decidieron mantenerlo.
Hay casos que son aún más curiosos. Volkswagen significa en alemán «coche del pueblo». Su origen se remonta al concurso que promulgó Adolf Hitler para fabricar un vehículo sencillo y barato que estuviese al alcance de todos los alemanes. El concurso lo ganó el ingeniero austríaco Ferdinand Porsche -creador de la mítica compañía de coches deportivos Porsche– que diseñó el Escarabajo. Pese a que el gobierno nazi quería, con su característica rimbonbancia, que se llamase «kraft durch freude» (KDF) –«fuerza a través de la alegría»-, al final todo el mundo lo denominó Volkswagen. Y así se quedó.
Y por último, aunque no menos importante, quiero hablar someramente de la marca americana de coches de lujo, Cadillac, perteneciente al mastodonte General Motors. Su origen es verdaderamente llamativo ya que su fundador, William Murphy, adoptó el nombre del oficial francés Antoine de la Mothe Cadillac que había fundado la ciudad de Detroit en 1701. Si por algo destaca esta marca, es por ser la que fabrica los coches que llevan al Presidente de Estados Unidos Barack Obama.
Ago 5 2011
CONDUCCIÓN EN CIRCUITO
Uno de los momentos más emocionantes para alguien que le gusten los coches es el de conducir en un circuito de competición. Si antes sólo lo podían hacer los profesionales, hoy en día está al alcance de todo el mundo por un módico precio.
La oferta es bastante amplia, tanto para particulares de modo individual, como para grupos de amigos o clubs de aficionados. A parte de páginas web y empresas como My Day o Emocionday, que ofrecen a sus clientes la posibilidad de regalar momentos mágicos y especiales, los propios responsables de los circuitos están ampliando mucho sus servicios para incluir, en los días en que no hay competición, alquileres de pista para tandas, escuelas de conducción, celebración de eventos empresariales o pruebas de nuevos modelos. Lo habitual es que, a parte de la propia pista, se utilicen instalaciones auxiliares como salas de prensa o el padock para impartir charlas o para montar el servicio de catering, además de otras actividades de ocio complementarias.
Pero antes de nada, hay que aclarar que la conducción en circuito es especialmente difícil si no se está acostumbrado y no se cumplen a rajatabla las estrictas normas de seguridad. Lo que se hace por ocio no debe terminar nunca en tragedia, de ahí que sea fundamental acudir sin haber ingerido bebidas alcohólicas y en perfecto estado físico y mental. Además, por lo general, al no ser duchos en este tipo de conducción, no es fácil alcanzar grandes velocidades, salvo en rectas largas. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de pasar un rato agradable y de demostrar la pericia en el paso por curvas, que es donde se demuestra la verdadera conducción. No obstante, la sensación de seguridad es mucho mayor que en carreteras abiertas ya que están diseñados para alcanzar grandes velocidades sin peligro. Para ello, todos cuentan con escapatorias amplias, con lechos de gravilla para reducir la velocidad y han eliminado todos los obstáculos para que no exista la posibilidad de colisionar contra algo.
En casi todos los circuitos abiertos al público en general, tenemos la posibilidad de contratar tandas de varias vueltas a bordo de nuestro propio coche, o alquilando alguno de los que los circuitos proporcionan. Generalmente deportivos de alta gama o, incluso, biplazas de competición en los que acompañaremos a un piloto profesional en una vuelta rápida. Circuitos como Montmeló, Jarama, Guadix, Ascari, Cheste o Jerez, son el ejemplo de una cada vez más variada oferta. Cada uno de ellos con sus propias particularidades, sus propios servicios y sus propias escuelas.
Yo no he conducido en todos, así que no puedo hacer una reseña exhaustiva, pero sí que comentaré algunos aspectos de los recintos en los que sí que he estado. De los que yo conozco en España, el que más divertido me ha resultado es el de Jerez, sobretodo por sus instalaciones de primer nivel y su magnífica disposición para organizar eventos completos. Fue durante una presentación de un coche, y pude disfrutar del doble de vueltas que el resto de los participantes debido a que era el único conductor del vehículo que me tocó, y estaba acompañado por un piloto de competición que me fue explicando pequeños trucos, cómo realizar las trazadas, y la mejor forma de sacarle partido al automóvil que estábamos probando. He de reconocer que disfrute como un enano.
Otro circuito que me encantó por su exigente trazado, mucho más desconocido que el de la ciudad gaditana, es el de Monteblanco, en la Palma del Condado. Totalmente orientado a la conducción de deportivos, la FIA ha homologado su recorrido para carreras de GP2 y para test de Fórmula Uno. Con una espectacular recta principal de casi un kilómetro y una gran variedad de curvas de todo tipo que requieren gran concentración y pericia, este circuito tiene una escuela de conducción para poder pilotar los deportivos más exclusivos: Ferraris, Lamborghinis, Porsches,…
Pero en España hay otro circuito más llamativo y peculiar. No se usa en competiciones, sino que está destinado a los fabricantes, para homologaciones y pruebas en determinadas condiciones de los modelos que se van a lanzar. Su acceso está limitadísimo, por no decir que restringido, y no se alquila a los aficionados ni hay escuela de pilotos. Situado en El Vendrell, su nombre es Circuito de Idiada, pertenece a la empresa Applus y es un trazado de alta velocidad ovalado, con dos grandes rectas que permiten puntas elevadísimas y dos curvas peraltadas. En dicho circuito, al contrario de lo normal, el límite de velocidad es mínimo. y no máximo. Al ser de cuatro carriles, cada uno de ellos tiene una velocidad por debajo de la cual no se puede circular. Por el carril exterior es obligatorio conducir a más de 200 kilómetros por hora. Si no se puede mantener esa velocidad, o se baja a un carril más interior o se tiene que abandonar la pista.
Casi todos los vehículos que se mueven por las instalaciones aún no están en producción y lo normal es que vayan cubiertos con plásticos o lonas para que no se sepa el modelo que están probando. Por eso mismo se firma un compromiso de confidencialidad y los móviles y las cámaras de fotos se retiran antes de entrar al recinto. En el interior del óvalo, hay una serie de pistas secundarias para realizar otros tipos de pruebas, circuitos de tierra para off-road, enfermería, gasolinera,… Todo lo necesario para que un fabricante pueda realizar test de frenadas, de aceleraciones, de resistencia o de durabilidad de componentes.
He de reconocer que al llegar, cuando ví el enorme peralte en cada curva, me entró algo de miedo ya que parecía que tenía que circular con el coche por una pared asfaltada. Pero cuando vas conduciendo la inclinación se nota menos y no impresiona tanto. De hecho, si se toma en la trazada correcta y a la velocidad adecuada se dice que es la curva perfecta, porque las propias inercias mantienen al vehículo en la curva sin necesidad de girar el volante. En pocas palabras: una experiencia irrepetible.
By Altrade • Especiales • 0 • Tags: alquiler de circuitos, alquiler de coches, Circuito de Ascari, Circuito de Cheste, Circuito de Guadix, Circuito de Idiada, Circuito de Jerez, Circuito de Monteblanco, Circuito de Montmeló, Circuito del Jarama, circuitos, conducción en circuitos, probar coches en circuitos, prueba dinámica, tandas, vehiculo, vueltas en circuitos