LA RECARGA DE LOS COCHES ELÉCTRICOS

Foto: www.que.es

He leído en El Economista unas declaraciones de Armando García Otero, director general de Renault España, que me han dejado completamente sorprendido. En el acto de presentación de los primeros modelos eléctricos que va a comercializar Renault a partir del mes de noviembre –el Kangoo y el Fluence– el ejecutivo explicó las formas en que sus coches eléctricos deben ser recargados.

Según ha aclarado el propio directivo, Renault ha descartado utilizar en España el sistema de estaciones Wire Drop, que permitiría reemplazar una batería descargada por otra nueva en menos de tres minutos. Es una pena, porque creo que podría convertirse en la solución más cómoda y rápida para el cliente.

Sobretodo cuando Renault no vende la batería, si no que la alquila, cobrando mensualmente a sus clientes 75 euros en el caso del Kangoo ZE, y 82 euros para el Fluence ZE. Supongo que los comerciales de la marca del rombo tendrán que justificar estas cuotas de arrendamiento en el importe que tienen ambos modelos –desde 14.000 euros el Kangoo más barato y desde 19.800 euros el Fluence-, con precios más bajos que otros vehículos de similares características. Incluso así, estoy convencido de que van a tener verdaderos problemas para poder defender esta modalidad.

Sin embargo, me ha resultado llamativo que Renault trate de implantar en España un sistema que se llama Wall Box. A grandes rasgos, el Wall Box sería un muro de recarga comercializado por Renault que incluiría todas las instrucciones precisas para el usuario. La idea es instalarlo en los garajes comunitarios y en los parkings de las grandes empresas. Según ha anunciado García Otero, el precio de instalación no debería sobrepasar los 1.000 euros por muro.

Una vez que se ha colocado esta estructura homologada por Renault, el tiempo estimado de recarga se reduciría a seis o siete horas, en lugar de las doce horas que necesitaría si el coche se enchufa a la red convencional.  El tiempo en un enchufe común es verdaderamente prolongado, si tenemos en cuenta que la autonomía del Fluence es de 185 kilómetros y la del Kangoo es de 170 kilómetros. Ahora empiezo a entender por qué el automóvil eléctrico no termina de despegar en España.

De todos modos, como no quiero que me tomen por lo que no soy, voy a hablar un poco de las ventajas de estos vehículos de Renault. Imaginemos que convencen a su comunidad de vecinos para que inviertan los 1.000 euros del Wall Box –con la idea de que sea rentable para su comunidad, entiendo que además deberán persuadir a sus vecinos para que adquieran coches eléctricos de Renault-. Con este muro, el tiempo de recarga de la  batería va a ser mucho más reducido, no excediendo nunca de las siete horas. Como todas las noches al llegar a casa tienen que enchufarlo al Wall Box, podrán disfrutar de mejores precios en la tarifa de la luz al ser horario nocturno. Siempre que su uso diario del automóvil sea para desplazamientos cortos en lugares con poco tráfico, no tendrán problemas e incluso les resultará plenamente satisfactorio.

Ojalá me equivoque, pero estoy convencido de que, en más de una ocasión, por muy contento que esté con su vehículo ecológico, va a rezar todas las oraciones que sepa implorando al Altísimo que le conceda por ciencia infusa algo más de autonomía de la batería –ésa por la que está pagando alrededor de 80 euros al mes- para poder llegar a casa sin tener que avisar a una grúa. Aunque ese no es un problema exclusivo de Renault, si no de cualquier coche eléctrico actual.