Una de las cosas que más preocupa actualmente a la industria de la automoción es la reducción del consumo de combustible. Más que nada porque el futuro, si las cosas no cambian mucho, no se presenta nada bien. Salvo que los fabricantes sean capaces de encontrar una alternativa más eficiente -sea eléctrica, de pila de hidrógeno o de agua-, es una realidad palpable que los combustibles fósiles están condenados a acabarse en un plazo relativamente corto de tiempo.
Por tanto, los coches se están diseñando para que cada vez gasten menos combustible, lo que en España tiene un beneficio adicional. Ya no sólo por el ahorro de dinero que supone recorrer la misma distancia con menos cantidad de carburante, sino porque las emisiones de CO2 disminuyen en proporción al consumo. Y esas reducciones del CO2 han hecho que muchos modelos que se comercializan en España estén exentos de pagar el Impuesto de Matriculación, ya que los vehículos que emiten de 0 a 120 gramos están libres de imposición.
Pero los fabricantes son conscientes de que, por mucho que innoven, por mucho que se mejore la aerodinámica y la eficiencia de los motores, una gran parte del consumo se debe a la forma de conducir del propietario. Se estima que casi un 30% del consumo depende de la intervención del piloto.
Aunque en el vídeo que he puesto a continuación queda perfectamente explicado, es muy importante cambiar los hábitos de conducción. La suavidad en el uso del cambio y del pedal del acelerador, así como la anticipación y la adaptación a las circunstancias del tráfico, es fundamental si queremos realizar una conduccióneficiente.
Se dice que siendo eficientes podemos llegar a ahorrar hasta 500 euros al año. Pero si el ahorro económico no importa, debemos tener presente la cantidad de gases de efecto invernadero que estamos dejando de emitir simplemente adoptando una serie de normas muy básicas que no cuestan nada aplicar. ¿De qué sirve que compremos un motor diésel pensando en gastar menos combustible si luego vamos a transitar todo el rato en primera o segunda? La clave es emplear velocidades lo más largas posibles, de ese modo el coche irá menos revolucionado.
Un típico comportamiento que hay que tratar de evitar, desde el punto de vista de una conducción económica, es tener que bajar de marcha para afrontar una cuesta hacia arriba. Lo más eficiente sería acelerar en llano con una marcha larga engranada para que el automóvil entre en la rampa con más fuerza, sin necesidad de pisar a fondo el acelerador en mitad de la cuesta. Y otra cosa que tampoco tiene sentido sería dar más gas -eso es lo que hacemos al pisar el pedal del acelerador- cuando vamos cuesta abajo. O poner punto muerto. De todos modos, el vídeo lo explica mucho mejor que yo. Les dejo con él.
Ago 19 2016
CONDUCCIÓN EFICIENTE
Una de las cosas que más preocupa actualmente a la industria de la automoción es la reducción del consumo de combustible. Más que nada porque el futuro, si las cosas no cambian mucho, no se presenta nada bien. Salvo que los fabricantes sean capaces de encontrar una alternativa más eficiente -sea eléctrica, de pila de hidrógeno o de agua-, es una realidad palpable que los combustibles fósiles están condenados a acabarse en un plazo relativamente corto de tiempo.
Por tanto, los coches se están diseñando para que cada vez gasten menos combustible, lo que en España tiene un beneficio adicional. Ya no sólo por el ahorro de dinero que supone recorrer la misma distancia con menos cantidad de carburante, sino porque las emisiones de CO2 disminuyen en proporción al consumo. Y esas reducciones del CO2 han hecho que muchos modelos que se comercializan en España estén exentos de pagar el Impuesto de Matriculación, ya que los vehículos que emiten de 0 a 120 gramos están libres de imposición.
Pero los fabricantes son conscientes de que, por mucho que innoven, por mucho que se mejore la aerodinámica y la eficiencia de los motores, una gran parte del consumo se debe a la forma de conducir del propietario. Se estima que casi un 30% del consumo depende de la intervención del piloto.
Aunque en el vídeo que he puesto a continuación queda perfectamente explicado, es muy importante cambiar los hábitos de conducción. La suavidad en el uso del cambio y del pedal del acelerador, así como la anticipación y la adaptación a las circunstancias del tráfico, es fundamental si queremos realizar una conducción eficiente.
Se dice que siendo eficientes podemos llegar a ahorrar hasta 500 euros al año. Pero si el ahorro económico no importa, debemos tener presente la cantidad de gases de efecto invernadero que estamos dejando de emitir simplemente adoptando una serie de normas muy básicas que no cuestan nada aplicar. ¿De qué sirve que compremos un motor diésel pensando en gastar menos combustible si luego vamos a transitar todo el rato en primera o segunda? La clave es emplear velocidades lo más largas posibles, de ese modo el coche irá menos revolucionado.
Un típico comportamiento que hay que tratar de evitar, desde el punto de vista de una conducción económica, es tener que bajar de marcha para afrontar una cuesta hacia arriba. Lo más eficiente sería acelerar en llano con una marcha larga engranada para que el automóvil entre en la rampa con más fuerza, sin necesidad de pisar a fondo el acelerador en mitad de la cuesta. Y otra cosa que tampoco tiene sentido sería dar más gas -eso es lo que hacemos al pisar el pedal del acelerador- cuando vamos cuesta abajo. O poner punto muerto. De todos modos, el vídeo lo explica mucho mejor que yo. Les dejo con él.
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